Yacimiento Cerro de la Mesa
El yacimiento del Cerro de la Mesa se encuentra situado en la margen derecha del río Tajo, que capta en esta zona dos afluentes principales: el Gévalo, a unos 11 km. aguas arriba, y el Huso, procedente del sur, y cuya confluencia se produce frente al citado Cerro. Administrativamente pertenece al municipio de Alcolea de Tajo, y se encuentra próximo a la pedanía de El Bercial. El Cerro se encuentra en el entorno de la Presa del Embalse de Azután (1969), perteneciente a la Confederación Hidrográfica del Tajo y gestionada por la empresa Iberdrola.
El yacimiento del Cerro de la Mesa queda definido arqueológicamente por una serie de estructuras que por el momento pueden adscribirse a dos fases cronológicas fundamentales: una etapa orientalizante (s. VI a. C.) y una etapa vettona de la Segunda Edad del Hierro (s. II a. C.). En las distintas campañas de excavación arqueológica se han descubierto varios elementos de gran relevancia arqueológica, como son la muralla, el poblado vettón, el santuario orientalizante y la fosa rellena con cenizas, fauna y restos materiales.
a) Muralla: Circunda toda la parte superior del cerro, y en ciertas zonas conserva una altura de hasta 3 m. Se refuerza con torreones semicirculares, eventualmente rediseñados con forma cuadrada. La excavación de su frente sur y oeste se desarrolló fundamentalmente en las campañas de 1999, 2000 y 2003. Sus características permiten fechar su construcción en una época antigua (s. VI a. C.), aunque se aprecian modificaciones posteriores en la Segunda Edad del Hierro. Se trata de un elemento de gran interés tanto científico como para la presentación del yacimiento al público, dada la altura conservada de sus paramentos.
b) Zona de culto: Su excavación corresponde a la campaña de 2003. Su superficie se mantuvo sin protección hasta 2004, cuando fue documentada y cubierta de nuevo, manteniéndose en la actualidad en bastante buen estado. Esta zona resulta de gran interés en la investigación y presentación del yacimiento al público, dadas sus características y su cronología, que permitirá mostrar un santuario orientalizante, hasta ahora único en la meseta occidental.
c) Fosa rellena con cenizas, fauna y restos materiales: Excavada en la campaña de 2003 mediante dos catas, una de las cuales alcanzó una profundidad de más de 3 m. No puede decirse nada respecto a esta zona, ya que no hay informes ni documentación de materiales. Sin embargo, la profundidad alcanzada y visible en los cortes conservados permite apreciar estructuras y materiales en la base y por debajo del nivel de fosa. Su cota, muy por debajo del nivel del santuario orientalizante, permite pensar en un momento antiguo de poblamiento en el Cerro, que iría probablemente asociado a su vez a manifestaciones anteriores en la zona de culto. En cuanto al relleno de tierra y cenizas, resulta un tipo de depósito arqueológico todavía no excavado en detalle en ningún yacimiento, y por lo tanto carente de paralelos. La acumulación puede deberse a dos causas: como depósito correspondiente a la acumulación de actividades rituales del santuario y como depósito de limpieza y acumulación de restos para igualar la zona antes de su empleo como área residencial vettona en los momentos finales del yacimiento. La comprobación de estas propuestas se ha demostrado de un enorme interés en la reciente publicación de su primer estudio sistemático e interdisciplinar (Chapa et alii, 2013).
d) Poblado Vettón: Excavado en todas las campañas, aunque se carece de información para las anteriores a 2004. La superficie total excavada está en torno a los 400 m². Se conservan bien las estructuras, que se adosaban al interior de la muralla, y que se extienden a lo largo de toda la superficie del Cerro, como muestran los datos del Georradar. Entre 2005 y 2009 se han excavado con metodología microespacial dos unidades domésticas paralelas con pared trasera orientada al sur del yacimiento. Pendientes de la memoria definitiva, los trabajos han permitido detectar áreas de cocina y estancia, almacén y accesos pavimentados, incluyendo un depósito ritual.